jueves, diciembre 9

Dance!

Unas zapatillas de colores chillones llamativos, que se deslizan y saltan por el suelo al ritmo de una melodía.
Un tono que acelera el pulso. Quiero sentir la música, que la música me sienta.
Sonidos que entran por los oídos, que te aceleran o te relajan pero siempre te causan alguna sensación.

miércoles, diciembre 8

Suave.

Como cuando me pasas la yema del dedo indice por el labio inferior.
Toco tu torso desnudo, después tu barriga con
piel
 de gallina.
Suave.
Me desabrochas un botón de mi camisa, luego otro.
Mientras tu me das besitos leves en el cuello- casi insonoros, pero muy sensitivos- yo me termino de desabrochar la camisa.
Mis pechos quedan a la vista de tus
ojos y tus labios se abren sonriendo para suspirar de placer.
Pero te subo la barbilla y te
beso cada milímetro de tu preciosa cara antes de que lo hagas tu con mi escote.

lunes, noviembre 29

Aquella chica heavy. Capitulo 3.

-Cariño, ha venido una chica y pregunta por ti, ¿Le digo que pase?
¿Una chica preguntado por mi? ¿Por mi? ¿Quien será?
-Dile que espere en el holl.
A mi madre se le escapa una sonrisa cómplice, de esas que tiene una madre cuando sabe que le pasa a su hijo. Baja las escaleras y se oye el ruido de la puerta al abrirse. Una voz femenina la saluda y mi madre contesta amablemente y se oye el ruido de otra puerta, parece la de la cocina.
Miro por una rendija de las escaleras. Se ve una melena negra, y esas extensiones rojas que paran el pulso. 
¿Carla? ¿Pero que hace aquí? Corro al baño y me miro al espejo, pelo bien, aunque me lo vuelvo a peinar; me pongo un poco de raya azul en los ojos y un poco de brillo en los labios, pero mi reflejo me dice que esa no soy yo y me lavo la cara. Voy bajando las escaleras, y a cada peldaño mi pulso se va acelerando, lo siento al lado de las orejas, tengo calor y seguro que me he puesto roja. 
-Hola-sonrío, pero no quiero parecer tonta y me pongo seria.
-Hola-me dedica una sonrisa, a mí, Carla.
No sé que decir, pero cuando lo estoy pensado se me adelanta.
-Sandra, voy a tu clase de literatura, y creo que coincidimos en algunas más ¿sabes quien soy?
Claro que se quien eres, es más lo que no sabia es que tu supieras quien soy yo.
-Si, te he visto en clase.-Me quiero morir de la vergüenza, ojalá se me ocurriera algo ingenioso, algo que la hiciera reír, pero no me sale.
Lleva la ropa de esta mañana, sus manos sostienen una carpeta negra con fotos de grupos heavys. 
Juraría que el contorno de sus ojos es ahora más negro, más brillante.
-Enrique me ha dicho que eres la mejor de la clase, es cierto ¿no?
Ahora si que me muero, ¿que se supone que tengo que decir? 
-Creo que si, no lo se.
-Yo creo que si-me sonríe- veras, me ha aconsejado que podríamos hacer juntas el trabajo sobre Anne Rice, es la escritora famosa que he elegido ¿Te gusta? si quieres la cambiamos por otra.
-Anne es mi escritora favorita, ¿a ti también te gusta?
-También es la mía, me encantó entrevista con el vampiro.
-Crónicas vampiricas sin duda, aunque Cántico de Sangre deja mucho que desear. 
-Si, la verdad es que fue perdiendo con los años, pero aún perduran sus primeros libros; La reina de los Condenados por ejemplo. Ósea que nos va a salir un buen trabajo, a no ser que ya tengas otro compañero o no lo quieras hacer conmigo.
Por solo estar cerca de ti haría el trabajo de la pedante escritora J. K: Rowling.
-Pues no, no tengo otro compañero, no me importaría hacerlo contigo
-Menos mal, ya me veía haciéndolo con cualquier paleto de clase, por eso he venido a tu casa y no me he esperado a mañana, además, como no tengo nada que hacer podríamos empezar ya. Si quieres podríamos ir a mi casa, donde te sientas más a gusto, tú eliges.
-Aquí estoy bien, ven, vamos a mi cuarto.

Empiezo a subir las escaleras bien, pero al pensar que ella viene justo detrás de mí pierdo el equilibrio y me balanceo, pero sus firmes manos me agarran por la espalda y me sujeto a la barandilla de la escalera.
-Uis que caes-una carcajada sale de sus perfectos labios escarlata.
-No importa, sígueme.
Presto mucha atención para no volver a caerme y cuando llego a mi habitación echo una mirada rápida para ver si esta todo en orden, y si, lo está.
-Pasa, siéntate en la cama mientras yo voy a por otra silla.
Bajo las escaleras corriendo y paso a la cocina.
-Mamá, estamos haciendo un trabajo en mi habitación, por favor no nos molestes.
Cojo una silla negra de madera que pesa bastante.
-Sandra, cariño, no voy a subir, tranquila.
Abro la puerta como puedo y subo las escaleras, ahora cargando con una silla.
Paso a mi habitación sulfurada. Dejo la silla frente a la mesa del ordenador, y procuro que se quede muy cerca de mi silla.
Carla está sentada en mi cama, y tiene mi MP3 en las manos. Seguro que estaba en la mesilla.
-Uou, tienes música de calidad.
-Gracias-¿le digo algo más? ¿Me callo?-En el ordenador tengo más.-Digo recordando que una vez la escuché decir que Ozzy Osbourne le gustaba y tengo casi toda su discografía en una carpeta del ordenador.
Se levanta de la cama y su falda se sienta en mi silla, yo me tendré que sentar en la de madera. No me importa. Corro un poco la silla para atrás y me siento. Pulso el botón de encendido del portátil. Un hada negra sale en el fondo, me gustan las hadas tristes, llorando o sangrando. Abro la carpeta de Ozzy.
-¿Te gusta?
-Bastante la verdad, jamás hubiese imaginado que a ti también, eres una caja de sorpresas.
Me sonrojo tanto que me tengo que quitar la chaqueta.
-¿Qué tal si empezamos el trabajo?-Me dice-Cuando antes lo acabemos menos te molesto.
-No tranquila, no me molestas. Pero está bien.
Abro Google y escribo Anne Rice. En primer lugar está una página en la que aparecen muchas biografías. Pincho sobre la que buscamos y empiezo a leer.
Cuando la acabo miro a Carla.
-¿Te gusta esta biografía?
-Si, aunque la verdad no creo que Sangre y oro tuviera pocas ventas, ¿Qué tal si probamos en otra pagina?
Me salgo de  aquella página, y mientras que estoy buscando en la lista alguna que merezca la pena, una ventana de mensajes instantáneos se abre. No me había dado cuenta de que un Messenger se había conectado solo, siempre lo hace cuando enciendo el ordenador, peor no me acordaba.
La ventana es de Rubén, que me amenazó con que no le volviese a borrar, así que decidí ignorarle. La ventana minimizada brilla naranja intermitentemente. La cierro sin ver lo que ha escrito y cierro a toda prisa este programa.
Carla me mira incrédula.
-¿Ese es el Rubén de clase?

sábado, noviembre 6

Aquella chica heavy. Capitulo 2.

Mientras miro el antiguo patio del colegio desde las escaleras, cuyo destino no sé cual es, me como el bocadillo. Normalmente me dejo la mitad, como hoy, y me dedico a escuchar música en mi viejo reproductor MP3. La primera canción es Duality de Slipknot y me dejo llevar por sus acordes. Tengo una alarma en el móvil para avisarme del final del recreo y está sonado. La programo porque si no llegaría tarde siempre. Tiro los restos del bocadillo a la papelera y voy a clase. Sigo con la música lo más alta posible. Esquivo a unos cuantos chicos y me choco con otros cuantos. Subo por las escaleras y ya no importa chocarme con alumnos, profesores, gente de la limpieza... Paso a mi clase y me siento. Saco con animo el libro de ciencias naturales., es una asignatura bastante fácil y la profesora ayuda a esto. Escucho durante toda la clase, pero no participo, me incomoda tener que hablar delante de tantos ojos ofensivos. Así que me limito a escribir las respuestas en un papel.
Dos horas después suena el timbre y se vuelve a repetir: Guardo las cosas lentamente y cuando ya no hay nadie en el aula salgo. Cuando paso la puerta de la salida del instituto ya está el coche negro de mi madre esperando. Entro en el coche y allí esta esa sonrisa que tanto me irrita.
-¿Que tal?
-Bien.-digo con indiferencia desenrollando los cascos del MP3.
-¿Se ha vuelto a meter contigo ese chico?
-No, nadie se mete conmigo.-Miento.
-Cariño, ya sabes que me lo puedes contar. Yo lo solucionaré, como lo hice la otra vez.-Llama solucionar ha hablar con mi tutora y esta decirle a Ruben que me dejara en paz. A partir de hay me siguió molestando cada vez mas fuerte. Hasta que enteró mi madre porque  me pilló una nota en la que me amenazaba y le puso una denuncia. Todavía no ha llegado el juicio pero el está más calmado.
-Claro mamá.-Ahora me pongo los cascos y ella sigue que hablando hasta que se da cuenta que no la escucho.
Llegamos a casa y desde la puerta de la cocina miro la mesa. Dos platos, otra vez como sola con mamá. Me siento y como lo más rápido posible para no tener que dialogar con mi madre.
Lo consigo y me acelero a mi habitación. Allí estoy a salvo, ya que mi madre casi nunca pasa allí. Mi hermano si que lo hace pero ya que el no suele estar en casa desde que encontró trabajo mi cuarto se ha vuelto mi guarida. Pongo la música bastante baja para evitar que venga mi madre, y me dejo caer en la cama.

martes, noviembre 2

Aquella chica heavy. Capitulo 1.

Siempre que la miro tiene una sonrisa lista para mandarme. Yo sigo sus labios con la mirada, alguien me habla pero yo no quiero apartar mis pupilas de aquellos labios rojo intenso. Su tez palidecida por el colorete blanco resalta sus ojos negros. Algo me golpea el brazo y me giro.
-¿La gótica te pone?-esa maldita voz que todos los días tengo que escuchar. Esa voz por la que he llorado tantas veces.
Yo simplemente lo ignoro y le echo la última vista a Carla, mientras me siento en mi mesa. Hoy se ha puesto una falda roja y negra, unas medias de rejilla negras, una camiseta gris oscura con la palabra devil escrita a la altura del pecho. Una chaqueta roja con rayas negras abriga su cuerpo. Y esas botas que parecen de hombre visten sus pies.
Enrique,el profesor de lengua pasa por la puerta. Todo el mundo sigue igual, nadie se sienta ni baja la voz. Él cierra la puerta bruscamente y se sienta en su silla. La gente se va sentando en sus sitios pero siguen hablando y tirándose bolas de papel. Felipe se sienta justo detrás de mi. Felipe  se me declaró el año pasado y desde entonces esta perdidamente enamorado de mi, o eso dice él. Yo estoy harta de decirle que no puede ser, pero no puedo decirle porqué, soy muy cobarde para eso.
-Señorita Alonso.  No se lo vuelvo a repetir ¿Tiene el ejercicio dos echo?- me dice el profesor con una nota de irritación en la voz.
-Si. El texto es argumentativo ya que da razones para convencer de algo.
-Muy bien. Felipe el siguiente- Me mira con un gesto de indiferencia. Nunca nos hemos llevado bien, y no porque yo no estudie ni trabaje en su asignatura, la verdad ni yo sé por que no me  soporta pero es así.
El resto de la clase me la paso mirando a Carla. A ella,como a mí, le gusta la literatura y ella presta mucha atención en esta clase. S e sienta dos mesas delante de mi y me encanta mira su pelo por detrás. Es largo y ahora lo lleva liso y su extensión roja se ve bastante.
Suena el timbre y yo no me levanto. Guardo lentamente mis cosas y cuando ya no hay nadie en la clase salgo.
Suelo irme a unas escaleras que hay en la parte de atrás del patio ,por las que normalmente no pasa nadie ,a tomarme mi almuerzo. 
Cuando estoy bajando las escaleras de el edificio donde esta mi clase algo me coge por las muñecas y me tira hacia atrás. Me giro asustada y es Ruben, el chico que me hace la vida imposible desde que lo tengo en clase.
-Déjame. Ya sabes que no tienes derecho a tocarme.
-¿ Preferirías que hubiese sido la vampiresa?
-Preferiría que te hubieras muerto, pero ya que eso desgraciadamente no ha pasado déjame en paz.
Una profesora de otra clase viene por el pasillo directa a nosotros ya que él me sigue sujetando por las muñecas bruscamente. Ruben la ve acercarse.
-Ya hablaremos tu y yo.- Me da un beso en la boca y se va casi corriendo.
Sigo asustada pero no sorprendida. Él se cree que soy suya. Desde que me vio quiso algo conmigo pero yo pasé de él y desde entonces no me ha dejado en paz. Él se imagina que soy lesbiana, pero solo porque lo rechacé. No está acostumbrado ya que para cualquier niña pija seria el chico más guapo del instituto. Solo es un gilipollas al que rompieron alguna vez el corazón y ahora lo paga con todas las demás.
La profesora se dirige hacia mi, pero no quiero oír más palabras consoladoras así que le sonrió para que vea que estoy bien y salgo por la escalera.


lunes, noviembre 1

Si,te quiere.

Escuchas su nombre y te atrae. Lo ves pasar por primera vez y piensas que es inalcanzable.
Te lo presentan y en tu mente solo aparece la palabra imposible. Un día empiezas ha hablar con él y te das cuenta que es bastante gracioso, cada día que pasa te va gustando más y más. Cada conversación que tenéis te deja una sonrisa en la cara. Crece la ilusión en tu fuero interno y nace la esperanza de que alguna vez pueda ser tuyo.
Pero esas esperanzas mueren cuando lo ves con otras y pasas a ser su amiga, nada más.
Otros chicos se interesan en ti y tu pruebas pero no te vale y te deprimes.
Entonces las palabras le gustas llegan a ti y las esperanzas vuelven a brotar pero ahora con más fuerza.
Tú le dices a alguien que a ti también te gusta y ahora los dos lo sabéis pero ninguno se atreve a dar el primer paso.
Cuando estáis juntos solo hay risas y abrazos. Pero te conformas porque crees que cada vez estas más cerca de él.
Y entonces pasa. Tu corazón se abre paso entre costillas y venas y se va huyendo.Te enteras de que se ha besado con otra chica. Una chica perfecta. Te secas de tanto llorar y sufrir.
No sales a la calle ni con tu mejor amiga. No quieres que te vean. No quieres ver a nadie.
Pero aunque sea estúpido tu hablas con él. Por supuesto te dice que es la peor persona  y que le gustas y tu le compadeces aunque tu mejor amigo te dice que no le perdones. ¿Pero como no vas a perdonar a la persona a la que amas? 
Volvéis ha hablar como si no pasase nada  y tu vuelves a ser feliz.
Pero a veces te empiezas a casar de su timidez y de que nunca te diga cosas bonitas,lo que cualquiera quisiera.. Y es cuando le dices que no se le nota nada que te quiere.
Tu no te esperas esa respuesta,ni la hueles.
Y en vez de escuchar un es que soy tímido te dice es que no tengo las cosas claras. Y más tarde te enteras que le gusta la chica a la que besó. Aquella perfecta chica
Tu corazón deja de latir. No piensas, alguna lagrima se desliza por tus mejillas pero es algo que por supuesto tu no quieres que pase.
Le dejas de hablar durante algunos días pero por alguna estúpida y absurda razón un día decides empezar ha hablarle.
Quedáis como amigos y dices que no lo quieres pero tu sabes que eso ni tan siquiera se acerco un poquito a la realidad.
Al paso de varias semanas él te dice que confundió la amistad y que la chica perfecta solo es su amiga. 
Solo te quiere a ti, o al menos eso dice. Algunas amigas te dicen que desconfíe pero tu no puedes, pues claro que te quiere. Pero en tu mente siempre estará esa duda..¿Te quiere de verdad?