martes, septiembre 13

Quererte es minusculo.

QUIERO hacer una ruta por tu cuerpo, besar cada lunar, buscar el próximo. Respirar tu aliento, impregnarme de tu olor para resignarme de las veces que no me tocas. Tocar tus manos, ponerlas en mi cara y apretar. No tener que abstenerme nunca a tan solo tocarte. Acariciar cada milésima de tu piel, que tú toques la mía. Hacer remolinos con mis labios en tus mejillas. No tener que dejar de mirarte, ni cuando nos besamos. Utilizar diez sentidos en ti, cinco son insuficientes. No tener que echarte de menos por que hace tres eternos minutos que te has ido. Vivir en tu cuello, o en tu torso, o simplemente abrazarte y no soltarme nunca. Olerte, te esnifaría si pudiera. Jugar con tu pelo, curiosearlo. Arañarte la espalda, besarla y morderla. Saber a que sabe tu piel. Escucharte hablar, cantar, respirar, hasta estornudar. Pero también mirarte cuando no haces ningún ruido. Que me agarres por detrás y andemos como si fuésemos uno. Volar juntos hasta que nos cansemos, o no parar jamás. No QUIERO quererte como lo hago ahora, te mereces mucho más. Ni pensar en que no te hubieses cruzado en mi vida para quedarte en ella. Ni perderme ninguna de tus sonrisas, las quiero todas para mí.

lunes, mayo 9

Pronombre personal + presente de indicativo del verbo QUERER.

Miedo. Terror. Pánico a decir "te quiero". Solo son dos palabras. Pronombre más verbo. Pueden significar muchas cosas si van unidas a otra o otras palabras.Ejemplo: Te quiero ver, te quiero escuchar cantar...
Pero solas son una bomba, se suelta y a esperar un "yo no", o un "yo también". 
Pero no es ese miedo el que tengo, mi miedo tiene que ver con decir algo que creo que siento, ilusionar y ilusionarme para más tarde darme cuenta de que querer a alguien es algo más que la palabra. 
Me he auto prohibido sentirlo tanto tiempo que ahora no sé si de verdad me está pasando o solo es un capricho de los míos.
A veces estoy segura, y quiero decirlo, pero pienso en el futuro y en que ya la he jodido en otras ocasiones. No me puedo permitir hacer más daño ni mentir y luego no saber explicar que de verdad no lo sentía. 
Tal vez la solución sea disfrutar el presente y cuando este segura de verdad lo sabré, y si no, ¿Qué más da? A veces gusta escucharlo, pero creo que es mejor sentirlo y sentir que te quieren ¿no?  Al fin y al cabo solo son eso, palabras.

miércoles, mayo 4

Aquella chica heavy. Capitulo 7.

-Sandra, ¿Esta tarde lo hacemos en tu casa o en la mía?- Esta pregunta hace estallar varías risitas, algunas caras de sorpresa y también colorea mis mofletes rojo carmín.
Cuando se ha acabado la primera clase, Carla se ha sentado en mi mesa y me ha empezado ha hablar, como es normal, mis respuestas eran monosílabos. Pero a ella no se le va la sonrisa de la cara al darse cuenta mi torpeza.
-Mmm... Como quieras, si no quieres volver a mi casa…-Respondo tras varios segundos pensando en que contestar, por que  a mí me da igual, pero ella seguro que no quiere volver a mi casa, debió notar     que me gusta…
-¿Y por que no iba a querer volver?, solo que esta tarde mi casa va a estar sola y estaremos más cómodas, ya sabes, música alta y demás.-Su cara se inunda de una sonrisa picarona.
-Me parece bien- vuelvo a tardar unos segundos en contestar, solo que ahora mi cara cambia para formar una sonrisa interminable.-Pero… no sé donde vives…
-Oh es verdad, yo supe la tuya por que le pregunté tu amigo ------, pero mi dirección es un poco extraña, si quieres quedamos antes en algún sitio ¿Okey?
-Vale.-Intento ocultar la sonrisa, creo que lo consigo, pero la suya sigue ahí, parece que no le importa que la vean hablando y riendo conmigo.
-Pues... ¿Cinco y media en el Amstron?
-¿Dónde?-Creo que no he entendido la última palabra.
-¿Nunca has ido a ese bar?, bueno… ¿en la estación de autobuses?
-Vale, a las cinco y media-Y sonrío, sonrío hasta que se sienta en su sitio y empieza ha hablar con el chico que se sienta detrás.
Hoy lleva un pantalón muy ajustado pitillo con rayas azules, una camiseta de manga larga verde muy oscuro y una chaqueta de cuero azul marina, pero esta está en el respaldo de su silla. Su pelo sigue igual. Siempre he pensado que lo tiene muy sedoso, aún que en realidad no lo sepa, me gustaría tanto tocarlo, como tocarla a ella.
Me doy cuenta de que la sigo mirando y miro un póster de la pared de los sistemas solares que tiene al lado. Me giro al darme cuenta de que la profesora de cultura clásica ha llegado, saco el libro y un par de hojas para apuntar cosas que no vienen en el libro. Algo me aparta de la profesora, algo me ha dado en la espalda, me giro disimulando y cojo una bola de papel que está debajo de la silla. Cuando la voy a echar a la mochila para tirarla después-siempre hago eso cuando me tiran algo, no sé porqué- me fijo en que tiene algo escrito. La dejo encima de la mesa y la voy estirando y planchando con los dedos. Dos líneas, muy mala caligrafía, pero al menos no tiene faltas de ortografía:
¿Con la gótica si quedas? Yo también quiero tenerte para mí solo, así que cuando acabes que tocarle las tetas, te quiero ver en la heladería donde siempre vas con tu padre. 20:00, no tardes.
No lo firma, pero creo que ya sé a que pesado pertenece. Está obsesionado, seguro que me ha seguido algún viernes, cuando voy a la heladería de mi tía con mi padre. Me giro para mirarle, él ya lo esta haciendo y me sonríe, yo le devuelvo la sonrisa de forma irónica. Vuelvo a darme la vuelta y miro la nota, la vuelvo ha arrugar y la meto en la mochila. Estoy harta de él, se cree que soy suya. Maldito prepotente creído.
Toca el timbre y recojo rápido, no quiero que ----- me alcance, salgo de el aula de las primeras y voy a paso acelerado hacía los baños. Pero alguien me toca la espalda, yo intento ignorarlo y  sigo hacía adelante sin mirar  y enciendo el Mp4 , acelero más el paso y abro la puerta del baño de las chicas. Cuando miro mi reflejo en los espejos me doy cuenta de que Carla pasa detrás de mí.
-Sandra, ¿Por que tienes tanta prisa?, te estaba llamando-Me mira extrañada.
-Oh, no me he dado cuenta, iba con los cascos, lo siento.
-No importa, pero parecía que huías, no sé, serán cosas mías.
-¿Y me llamabas para algo?- Digo cambiando de tema.
-Si… es que en clase… No sé,  nada, en fin déjalo. Son cosas tuyas, no tienes por que contármelas.
-Carla, ¿Qué quieres saber?
-Déjalo.-Me envía una sonrisa y se lava las manos  en el lavabo. Yo me quedo allí, mirándola, entre la puerta y el lavabo, sin hacer nada.
-¿Has pasado al baño para mirar como me mojo?-Se ríe.
-No, no…-Y me meto en un cubículo donde está el inodoro. No quito la tapa y me siento. Escucho como se despide de mí con un animado “Adiós Sandra”. Salgo y me miro en el espejo, me mojo las manos y me refresco la cara. Salgo del baño rezando para no encontrarme con mi acosador.

viernes, abril 22

Único es la palabra.

¿Para que sentir amor si puedo sentir la suavidad de la piel de sus manos? Felicidad gobierna mi cuerpo cuando me toca, pero huye cuando no se nada de él. Cuando su aliento roza mi boca y su saliva se une con la mía siento que giramos sobre nuestro propio eje y lo demás va a otro ritmo, más acelerado. Andamos sin destino, pero si con equipaje: su sombra, su calor, sus bromas y mis risas. Sin pedir más Alegría me abraza y siento que ella esta cómoda con él, por que desde que mi vida y la suya se unieron Alegría no me abandona.
Cada milésima me alejo más de la rutina, cada día es especial, es distinto, único es la palabra.

viernes, abril 1

Aquella chica heavy. Capitulo 6.

-Mamá, ¡mira lo que sé hacer!- Corría y  daba vueltas a los almendros, era primavera y los árboles parecían sacados de un cuadro de paisajes.
-Cariño, espera, no corras. Laura coge a tu hermana y vamonos ya, que tu padre va a venir pronto y tengo que hacer la cena. ¡Sandra!, ¡he dicho que pares!- Apuntaba mi madre irritada, pero tan cariñosa y cauta como siempre.
-Vamos Sandra, no me hagas correr detrás tuya.- Me ordenaba mi hermana, y eso me molestaba, lo que hacía que no parase.
Corría como si el parque de juegos fuese un bosque, y yo huyera de algún animal hambriento, aunque la verdad, aquel animal fuese una chica de quince años preciosa y desesperada por volver a casa para prepararse para su cita .Llevaba cinco meses con su novio y ya hasta se lo había presentado a mis padres. A mi me parecía muy divertido correr y sentir como mi vestidito naranja con vuelo flotaba. Llegué al final de la valla que delimitaba el parque de juegos con la acera de una calle muy transitada. No tenía escapatoria y tendría que regresar a casa sin opciones. A sí que miré para todos lados y vi una puerta cerrada sin cerrojo. Corrí hacia ella mientras mi hermana me decía que no la abriera. Como nunca solía hacer caso, la abrí y salí del parquecillo. Mi hermana siguió mis pasos y me cogió del brazo bruscamente, la había enfadado mucho. Yo me enfadé y le di una patada a Laura. Ella me siguió mientras veía a donde me dirigía.  Yo corría exasperadamente hacia el otro lado de la calle, teniendo que pasar por la carretera que separaba una acera y otra. Ella gritaba mi nombre, pero yo sonreía satisfactoriamente al a verme librado de mi hermana. Puse un pie en la carretera y miré si venia algún coche por mi derecha, como no fue así corrí sin mirar destino la otra acera. Esquivé un coche que me pitaba y me gritaba cosas, me ruboricé y una vez en la otra acera me paré y me giré para ver si mi hermana había cruzado la calle.
La mirada de mi hermana me hace sentir la persona más cruel del mundo, esa mirada, esa puta mirada.

Enciendo mi Ipod y observo las carpetas, abro ´´Varías`` y sin mirar escojo una. Una guitarra eléctrica suena en mi cerebro.  Miro al cruzar la calle, y paso por el paso de peatones.  A cada paso que doy mi mochila golpea mi espalda. No me molesta pero hace que pase el frío a mi espalda. Me abrocho la chaqueta y me quito el pelo de cara. Siempre que camino miro hacia el suelo,  observando de vez en cuanto no darme con nada, que ya me ha pasado varías veces. Alzo la cabeza para ver cuanto trayecto me falta para llegar al instituto, ya que hoy he preferido venirme andando, por que prefiero darme un paseo. No falta mucho, dos o tres minutos tal vez. Así que me dejo llevar por los acordes del solo de guitarra. La canción acaba y miro cual es la siguiente, no me apetece escucharla así que apago el reproductor, porque además me molestan las orejas de los auriculares. El sonido de mi entorno es el típico sonido escolar, timbres sonando, ya llego tarde, gente correteando por los pasillos… Paso a mi aula y me siento. Ya está casi todo el mundo. Saco mi horario y lo ojeo, ahora toca matemáticas, podría ser peor.
Saco los libros y me limito a esperar al profesor mirando a la pizarra, mientras que la demás gente habla, ríe, se enfada. Yo no soy así, y no tengo con quien hacer esas cosas.


martes, febrero 22

Aquella chica heavy. Capitulo 5.

A veces cuando estoy sola en mi habitación-lo habitual-me quedo mirando la ventana abierta previamente por mí. Suelo imaginar que sus mechas se asomaran y pasaran con toda la naturalidad, se sentara al lado mío y sin más me besará. Es tan bonito pensarlo, pero a la vez tan imposible, primero porque es muy difícil trepar por la pared de mi fachada y segundo  ¿Por qué iba ha hacerlo?
Ella ni siquiera dedicará ni un minuto de su tiempo a pensar en mí. Lo que me deprime, pero, ¿Que esperaba?, ¿qué se fijaría en mi? Si ni siquiera sé si le gustan las chicas.
En el instituto había rumores de ello, ya que una vez alguien dijo que la había visto magrearse con una chica de cuarto. La otra Chica era lesbiana declarada y no parecía avergonzarse por ello y cuando estos rumores llegaron a sus oídos no lo negó, pero tampoco lo afirmo.
Carla al principio bromeaba y explicaba  que era verdad pero una vez la oí negarlo seriamente.
No se supo más del tema. Pero ellas se seguían viendo en los recreos sin importarles si se rumorea su relación. Me sentí envidiosa de la chica de cuarto, Evelin. Evelin vestía ropa de moda, pelo largo y muy bien cuidado, rubio. Era bastante guapa, por lo que decepcionó bastante a la sección masculina(o de gustos masculinos) cuando se paseó por  primera vez de la mano con una chica que solo estuvo en el instituto un año. Desde entonces admiro a Evelin por hacerlo publico, aunque si yo también tuviese su figura, su belleza, y su gracia tal vez ya hubiese dicho o demostrado mi orientación sexual  abiertamente. Aunque tampoco creo que sea tan importante el echo de que a una persona le ponga un sexo u otro. Evelin tenía un cuerpo diez, era lista y se llevaba muy bien con todo el mundo, y su orientación sexual parece que no cambió nada. Pero yo, bajita, me sobran como tres kilos, pelo negro que se ensucia muy fácilmente, paliducha y mi vestuario  consta de camisetas y pantalones negros, marrones, verdes oscuro y si me siento animada el morado.
Algo golpea la puerta.
-Cariño ya esta la cena lista. He preparado verdura salteada, que se que quieres guardar la línea.
Abro la puerta, y miro enfoscada a mi madre.
-No se de donde te habrás sacado eso, pero bueno. Bajo antes que ella la escalera y paso a la cocina. Saco un refresco sin gas de la cocina y me siento en mi silla. Mi madre acaba de pasar y cierra la puerta
-Mamá, ¿Crees que papá me podrá llevar mañana al centro, me gustaría comprarme una camiseta...
-Cariño, ¿Quieres que valla yo contigo? Creo que tu padre no podrá venir mañana. Ha llamado cuando estabas con esa chica y ha dicho que mañana se va a una reunión para presentar un proyecto...Creo que tu sabes más de él que yo. Bueno, que esta noche vendrá a hacer la maleta y se irá mañana temprano a… no se qué ciudad de Cataluña
-No, mejor me espero, no me urge mucho.
-Sandra, se que no quieres ir conmigo, pero podrías ir tu sola, o con esa amiga que vino hoy.
-Mmm... Esta bien.
-¿Sandra? ¿Estas de cuerdo conmigo?- su voz sonaba a sorprendida, pero un atisbo de alegría resonó en sus preguntas.
-Si, bueno, me parece buena  idea, solo eso.-Me cuesta mucho tener que darle la  razón.
Mientras conversamos o por lo menos ella hace un intento de eso, mi madre me sirve la verdura y luego hace lo mismo con su plato. Después se sienta y mientras come me mira disimulando que mira detrás mío, a la televisión. Yo me siento dándole la espalda a la tele porque no me suelen interesar los programas que suele poner mi madre.
-Mamá, deja de mirarme, me estas poniendo nerviosa.
-Cariño, estoy mirando a la tele. ¿Sabes que el presidente quiere legislar una ley…
Dejo de escucharla pero la sigo mirando. Hoy esta especialmente guapa. Lleva el pelo suelto, y sus mechones castaños cobrizos ondean en unos rizos a la altura de los hombros. Seguro que ha ido la peluquería. ¿Le digo que me gusta como le queda? Me cuesta mucho, pero me apetece hacerlo.
-Mamá ¿Has ido a la peluquería?-Le digo con curiosidad.
-Si Sandra, ¿Por qué? , me queda mal ¿Verdad?
-No esta mal.-Digo volviendo a mis verduras. Pero miro disimuladamente su expresión. Esta sonriendo. Que guapa esta cuando sonríe.
-Sandra… ¿Va a volver esa chica?-Pregunta aprovechando que estamos de buenas.
-No sé, tal vez.
-Es…es rara ¿No? Pero parece bastante simpática. Me gusta para ti.
¿Qué?, ¿Qué le gusta para mí?, ¿a que se refiere?

domingo, enero 23

Esas cuatro letras.

Aquel sentimiento que todos buscamos, que si se carece de él se anhela, que si se tiene se es feliz, pero se sufre. El sentimiento que llena tantas vidas, la necesidad por estar cerca de la persona que te suministra ese sentimiento, además de  muchos otros, como la felicidad, la satisfacción, el placer, la desilusión, la pasión, el deseo y muchos otros malos y buenos. Y es que el amor es el sentimiento más fuerte de todos, por que se puede amar a tantas cosas, se puede hacer cualquier cosa por amor. 
Y por eso le doy gracias al destino por tener ese sentimiento en mi vida, en mi corazón-metafóricamente.
Que vino sin buscarlo, que me hace estar todo el día pensado quiera o no quiera en él, aveces bien,aveces no.
Que mi mente vuela al momento en el que su lengua estaba rozando la mía la ultima vez que le vi.
No se si será para siempre,es más lo dudo, pero me alegra sentirlo ahora, ya lloraré después.
                                    Te quiero.