martes, febrero 22

Aquella chica heavy. Capitulo 5.

A veces cuando estoy sola en mi habitación-lo habitual-me quedo mirando la ventana abierta previamente por mí. Suelo imaginar que sus mechas se asomaran y pasaran con toda la naturalidad, se sentara al lado mío y sin más me besará. Es tan bonito pensarlo, pero a la vez tan imposible, primero porque es muy difícil trepar por la pared de mi fachada y segundo  ¿Por qué iba ha hacerlo?
Ella ni siquiera dedicará ni un minuto de su tiempo a pensar en mí. Lo que me deprime, pero, ¿Que esperaba?, ¿qué se fijaría en mi? Si ni siquiera sé si le gustan las chicas.
En el instituto había rumores de ello, ya que una vez alguien dijo que la había visto magrearse con una chica de cuarto. La otra Chica era lesbiana declarada y no parecía avergonzarse por ello y cuando estos rumores llegaron a sus oídos no lo negó, pero tampoco lo afirmo.
Carla al principio bromeaba y explicaba  que era verdad pero una vez la oí negarlo seriamente.
No se supo más del tema. Pero ellas se seguían viendo en los recreos sin importarles si se rumorea su relación. Me sentí envidiosa de la chica de cuarto, Evelin. Evelin vestía ropa de moda, pelo largo y muy bien cuidado, rubio. Era bastante guapa, por lo que decepcionó bastante a la sección masculina(o de gustos masculinos) cuando se paseó por  primera vez de la mano con una chica que solo estuvo en el instituto un año. Desde entonces admiro a Evelin por hacerlo publico, aunque si yo también tuviese su figura, su belleza, y su gracia tal vez ya hubiese dicho o demostrado mi orientación sexual  abiertamente. Aunque tampoco creo que sea tan importante el echo de que a una persona le ponga un sexo u otro. Evelin tenía un cuerpo diez, era lista y se llevaba muy bien con todo el mundo, y su orientación sexual parece que no cambió nada. Pero yo, bajita, me sobran como tres kilos, pelo negro que se ensucia muy fácilmente, paliducha y mi vestuario  consta de camisetas y pantalones negros, marrones, verdes oscuro y si me siento animada el morado.
Algo golpea la puerta.
-Cariño ya esta la cena lista. He preparado verdura salteada, que se que quieres guardar la línea.
Abro la puerta, y miro enfoscada a mi madre.
-No se de donde te habrás sacado eso, pero bueno. Bajo antes que ella la escalera y paso a la cocina. Saco un refresco sin gas de la cocina y me siento en mi silla. Mi madre acaba de pasar y cierra la puerta
-Mamá, ¿Crees que papá me podrá llevar mañana al centro, me gustaría comprarme una camiseta...
-Cariño, ¿Quieres que valla yo contigo? Creo que tu padre no podrá venir mañana. Ha llamado cuando estabas con esa chica y ha dicho que mañana se va a una reunión para presentar un proyecto...Creo que tu sabes más de él que yo. Bueno, que esta noche vendrá a hacer la maleta y se irá mañana temprano a… no se qué ciudad de Cataluña
-No, mejor me espero, no me urge mucho.
-Sandra, se que no quieres ir conmigo, pero podrías ir tu sola, o con esa amiga que vino hoy.
-Mmm... Esta bien.
-¿Sandra? ¿Estas de cuerdo conmigo?- su voz sonaba a sorprendida, pero un atisbo de alegría resonó en sus preguntas.
-Si, bueno, me parece buena  idea, solo eso.-Me cuesta mucho tener que darle la  razón.
Mientras conversamos o por lo menos ella hace un intento de eso, mi madre me sirve la verdura y luego hace lo mismo con su plato. Después se sienta y mientras come me mira disimulando que mira detrás mío, a la televisión. Yo me siento dándole la espalda a la tele porque no me suelen interesar los programas que suele poner mi madre.
-Mamá, deja de mirarme, me estas poniendo nerviosa.
-Cariño, estoy mirando a la tele. ¿Sabes que el presidente quiere legislar una ley…
Dejo de escucharla pero la sigo mirando. Hoy esta especialmente guapa. Lleva el pelo suelto, y sus mechones castaños cobrizos ondean en unos rizos a la altura de los hombros. Seguro que ha ido la peluquería. ¿Le digo que me gusta como le queda? Me cuesta mucho, pero me apetece hacerlo.
-Mamá ¿Has ido a la peluquería?-Le digo con curiosidad.
-Si Sandra, ¿Por qué? , me queda mal ¿Verdad?
-No esta mal.-Digo volviendo a mis verduras. Pero miro disimuladamente su expresión. Esta sonriendo. Que guapa esta cuando sonríe.
-Sandra… ¿Va a volver esa chica?-Pregunta aprovechando que estamos de buenas.
-No sé, tal vez.
-Es…es rara ¿No? Pero parece bastante simpática. Me gusta para ti.
¿Qué?, ¿Qué le gusta para mí?, ¿a que se refiere?

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